La historia de la imagen del Santo Grial es
ambigua y misteriosa, y conduce fácilmente al mito, la fantasía y lo novelesco.
Ha desempeñado un importante papel en las leyendas (Rey Arturo), la poesía (The
Idylls of the King, de Alfred Lord Tennyson) y, naturalmente. la ópera
(Parsifal y Lohengrin, de Richard Wagner).
Desde esta perspectiva no podemos criticar
a Brown por inspirarse en El enigma sagrado y La revelación de los Templarios y
aprovecharlos para una novela. Puede resultar algo desagradable, pero el hecho
de usar la imagen de ese modo es coherente con el empleo que hace de ella
durante todo su relato.
No obstante, sigue siendo un tema de
discusión, pues el propósito de El Código Da Vinci es el de cruzar la línea que
divide la mera ficción y la posibilidad. En cada una de sus páginas presenta a
sus lectores unas pruebas que parecen aceptables y les deja preguntándose si
son veraces.
¿Existe alguna tradición fundamentada en el
hecho de considerar a María Magdalena y a su vientre como el Santo Grial? ¿Es
cierta la implicación de los Caballeros Templarios y del Priorato de Sión en
todo ello?
En una palabra: NO
La leyenda del Santo Grial es oscura,
basada quizá en la bruma de las leyendas célticas sobre los recipientes de
sangre que vivifican. El primero y más importante texto sobre el Grial es el
poema medieval Perceval, de Christian de Troyes, que vivió en el siglo XII.
La descripción concreta del Grial varía de
unas leyendas a otras: era una vasija maravillosamente cubierta de joyas, capaz
de proporcionar unas cantidades ilimitadas de comida y bebida; era el plato en
el que Jesús y sus apóstoles comieron el cordero pascual; era la copa que Jesús
usó en la Última Cena, o el frasco en el que José de Arimatea guardó la sangre
que manaba del cuerpo crucificado de Cristo.
En la leyenda, una mujer, cuya existencia
ha dado pie a numerosas investigaciones, protegía el Grial. Las leyendas del
Grial son una mezcla de folclore, novela y mitos religiosos. Aunque hay varias
copas por todo el mundo consideradas como el Santo Grial, la copa de Jesús en
la Última Cena, la Iglesia no ha incorporado formalmente el tema del Grial a su
tradición.
El papel de la mujer como protectora del Santo
Grial, así como los ejemplos en los que aparece grabada la imagen de un niño,
remiten ciertamente a un simbolismo relacionado con la gestación y con el
parto. Sin embargo, no existe una tradición que relacione explícitamente el
Grial con los símbolos de la «diosa desaparecida», con María Magdalena o con la
descendencia de Jesús (como aseguran los autores de El enigma sagrado, y como
afirma Brown). Y cuando la mayoría de los expertos conocedores de este
simbolismo lo emplean en un contexto cristiano, lo relacionan con la Virgen
María, hacia la que se acrecentó la devoción durante la Alta Edad Media.
¿Y qué decir del asombroso y apasionante
momento de la novela, cuando Teabing divide la palabra francesa sangreal?
Asegura que la etimología tradicional la divide en san Creal, pero ¡ah, no!,
veamos lo que sucede si la partimos en Sang Real: ¡significa sangre Real! ¡La
prueba!
Tengo ante mis ojos un artículo sobre el
Santo Grial de la edición de 1914 de la Catholic Encyclopedia. Dice así:
«La versión de «San Greal» como «sangre
real» no se difundió hasta el final de la Baja Edad Media».
En el contexto de las historias
tradicionales del Grial, «sangre real» es, por supuesto, la sangre de Cristo.
Esa peculiar división de la palabra no fue una gran noticia al final de la Edad
Media, ni en 1914, ni lo es ahora.
fr+Jose Maria De Diego Lombardero
Maestre de la O.T.H+España
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