Ser
soldado del Temple, no es ser miembro de una Orden, es una forma de vida.
Los que son soldados del Temple son soldados de Dios. Como tales deben siempre andar con Dios y ser más que simples mortales. Deben conducirse con humildad y ser los más honorables, los más nobles, los más corteses, los más honestos y los más caballerosos.
El templario debe servir a la Orden y no esperar ser servido por ella. Que lo que colabore lo haga en servicio de Dios y no debe esperar recompensa salvo el saber que con ello honra a la Orden por su devoción.
El templario no debe causar a ninguna criatura herida o daño, sea esta una criatura humana u otra, sea por ganancia, placer o vanidad. Al contrario, el templario debe intentar llevar la justicia a todos aquellos que no la reciben porque todos son hijos de Dios y a todos a concedido Dios el don de la vida.
Ante todos los seres el templario debe demostrar caballerosidad, cortesía y honestidad, teniendo presente que son testigos de Dios.
Un templario debe vivir cada día como un crítico del día anterior, de esta manera cada nuevo amanecer será un paso hacia una mayor nobleza.
Ningún templario deberá ofender de forma alguna a una persona u otro ser. Para todos el templario debe ser un ejemplo de caballerosidad.
Ninguna mujer deberá temer nada de un templario, ni de sus palabras ni de sus acciones. Ningún niño deberá padecer tampoco ese temor. Ningún hombre, no importa cuán rudo sea, deberá temer a un templario, salvo aquellos que llevan el mal en su interior.
Donde hay debilidad allí el templario debe llevar su fuerza. Donde no hay voz allí el templario debe llevar la suya. Donde están los más pobres allí el templario debe distribuir su generosidad.
Un soldado del temple no puede estar esclavizado por creencias sectarias u opiniones estrechas. Dios es la verdad y sin Dios no hay verdad. El templario debe siempre buscar la verdad porque en la verdad está Dios.
Jamás un templario debe deshonrar a otro, porque dicha conducta le deshonrará a él y llevará descrédito a la Orden.
v Nosotros
lo Templarios debemos tener una conducta ejemplar, siendo la siguiente:
v No debe
ser brutal.
v No debe
emborracharse en forma ofensiva.
v No debe
ser ni inmoral ni amoral.
v No debe
ser cobarde ni bestial.
v No debe
mentir ni tener intenciones maliciosas.
v No debe
buscar posiciones de engrandecimiento dentro de la Orden. Se contentará con
aquellos puestos que le sean encomendados para mejor servirla.
v No debe
juzgar a nadie dentro o fuera de la Orden por sus posesiones o su posición
social. Antes al contrario debe juzgar por el carácter y la bondad o falta de
ellos.
·
Debe expresar verdadero sometimiento a los principios del Temple y obediencia a sus oficiales en todas las cosas de la Orden, en tanto entienda que sean verdaderos templarios y merezcan dicha obediencia.
Debe expresar verdadero sometimiento a los principios del Temple y obediencia a sus oficiales en todas las cosas de la Orden, en tanto entienda que sean verdaderos templarios y merezcan dicha obediencia.
· Debe ser un verdadero patriota
hacia la tierra que Dios le ha dado.
· No debe cazar a ninguna
criatura ni por vanidad ni por deporte.
· No debe matar a ninguna
criatura salvo para alimentarse o en defensa propia.
· Debe mantenerse firme y
veraz en las justas causas de Dios.
· No tomará actitud ofensiva
contra ningún hombre por la forma en que se dirige a Dios, aunque esta sea
diferente o extraña. Sino al contrario, el templario deberá intentar entender
como otros se acercan a Dios.
· Debe siempre ser
consciente de que es un soldado del Temple y tratar siempre que sus obras sean
un ejemplo para los demás.